En nuestra escuela, el maestro que recibe al niño en 1º grado lo acompaña a lo largo de OCHO años junto a los maestros que enseñan música, pintura, euritmia, labores y otros talleres de oficios.
Durante este septenio (de 7 a 14 años) el maestro acompaña el desarrollo de una nueva y activa vida de imaginación en el niño, quien experimenta y expresa la vida por medio de sentimientos más definidos.
El maestro tiene diferentes responsabilidades: el frecuente contacto con los padres, la reunión del Cuerpo de Maestros una vez a la semana (los jueves), brindar ayuda especial a los alumnos que tienen dificultades, el contacto con el médico escolar, las continuas correcciones de cuadernos y algunos trabajos de administración para el conjunto de la escuela, así como la participación en comisiones de trabajo. Muchas veces pasan parte de las vacaciones haciendo estudios de diversas materias y seminarios de formación junto a otros colegas.
A lo largo de estos años el maestro profundiza la relación con sus alumnos y se modifica junto a ellos nutriendo su camino interior de autoeducación. En este trayecto, los pequeños que le son confiados deben ir transformando su amor al maestro en amor e interés por el mundo y la evolución del hombre.
El maestro que en los primeros años acariciaba algunas veces la cabecita del niño, en octavo año ya mantiene con él las primeras conversaciones sobre cuestiones de futuro y de destino, guardando el secreto de algunas cosas personales.